EEUU y China en duelo por el comercio

La rivalidad económica e ideológica de dos de las potencias más poderosas del mundo se ve recrudecida, debido a la última decisión de Trump. La guerra económica entre EE.UU y China ha comenzado. El presidente norteamericano ha decidido imponer aranceles a las importaciones chinas, por el orden de los 34.000 millones de dólares.

Por su parte el gobierno chino contraataca, pagando con la misma moneda, aplicando aranceles de importación, a varios productos estadounidenses que van desde la soja hasta el cerdo. Las predicciones no son nada alentadores, sobre todo si tomamos en cuenta que estos dos países no serían los únicos perjudicados por estas medidas.

¿Una buena decisión?

Parece improbable que el presidente Trump haya tomado esta decisión sin saber las consecuencias. Ahora bien, llama la atención, que a pesar de las nefastas consecuencias que puede tener esta medida, no le haya temblado el pulso para iniciar esta guerra comercial.

Una de las razones por las cuales se puede haber iniciado esta guerra económica entre EE.UU y China, es el empeño del presidente chino Xi Jinping de transformar a su país en la mayor potencia económica y tecnológica del mundo, en donde no tienen cabida las empresas estadounidenses.

Tal vez la razón intrínseca de esta medida radica en la influencia que pueden generar las dos potencias a nivel global, ya que una ha tratado de mostrar los beneficios de la democracia y de una economía de mercado y la otra promociona un modelo de crecimiento con un discurso diametralmente opuesto.

Hace tiempo quedó atrás cuando China era considerada una gran fábrica con mano de obra barata. Hoy en día se ha convertido en una economía de 13 billones de dólares aproximadamente, lo que la ha llevado a competir con las primeras economías del mundo en fabricación de calidad y tecnología de punta.

Una de las consecuencias del inicio de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, es que algunos productos serán un 25% más costoso para el consumidor estadounidense.

Entre estos  se encuentran productos tecnológicos como los chips semiconductores que son necesarios para el ensamblaje de televisores, teléfonos, computadoras y vehículos; y un sinfín más.

Por su parte la Unión Europea ha mostrado una gran preocupación debido al riesgo que esto supone para la economía mundial, ya que afectaría seriamente la economía de todos los países y pondría en riesgo miles de empleos. La OMC aseveró que una guerra comercial entre China y Estados Unidos no beneficia a nadie pero si perjudica a todos.